miércoles, 5 de junio de 2013

martes, 4 de junio de 2013

A nosotros nos preocupa que es un país que se remata a sí mismo, que se suicida a sí mismo, que se vende al mejor postor.


El docente e historiador Gonzalo Abella, ha concretado por años una larga peregrinación por el país y zonas limítrofes, detrás de investigaciones, estudios e intercambio culturales que lo llevan a tener un profundo conocimiento de culturas, costumbres, saberes y realidades de hombres y mujeres de nuestro tiempo.
Es autor, entre otros títulos,  de “La leyenda de Soledad Cruz”, “Desde Otros Ojos”, “Lanzas de Tacuara”, “La cachimba”, “Saguaipé”, “La Memoria Invencible”, “Artigas, el Resplandor Desconocido”, “Hombres gauchos, Mujeres gauchas”, “Nuestra Raíz Charrúa”, “La Educación en los Tiempos del Hambre”, “Mitos, Leyendas y Tradiciones de la Banda Oriental”, “Historia Diferente del Uruguay”, “Stalin: luces y sombras”, “Orientalitos”, “Orientalitos II”. Ha tenido además prolongados contactos e intercambios en aldeas y comunidades de pueblos originarios del continente y junto a su esposa Isabel  recopilando la memoria anciana de descendientes charrúas y afroamericanos.

   En los últimos tiempos  ha participado de múltiples actividades en defensa del ambiente y los recursos naturales, marchas y movimientos que se han desarrollado en diferentes puntos del país, contra el modelo extranjerizador de nuestra tierra y que conlleva la aniquilación de nuestro sistema productivo y de la soberanía alimentaria.

  Quizás por ello y múltiples razones más acepta la propuesta de la Unidad Popular – Asamblea Popular de encabezar la fórmula presidencial junto al dirigente sindical Gustavo López.

   El Quincenario Avanza, entrevistó a este luchador por las  causas nacionales, que hoy asume otra responsabilidad sobre sus hombros, pero dentro del marco de concepción de un país que claramente debe cambiar de rumbo.

- Avanza - ¿Es una coyuntura adecuada para desarrollar un programa de reconstrucción nacional?

- Abella – Lo primero que nos mueve en estos momentos es recordar que el planeta está viviendo en este siglo XXI, un momento dramático como nunca estuvo antes expuesta la humanidad. En las próximas décadas se va a decidir si la humanidad quiere suicidarse o si quiere sobrevivir, sabiendo que la humanidad para sobrevivir necesita un cambio muy importante en las formas de producir, en la forma de apropiar el producto, en la forma de consumir y en las formas de respetar a la naturaleza.

En primer lugar en este siglo XXI, -si bien nosotros somos hijos del siglo XX-, y pensando en nuestros hijos y en nuestros nietos, estamos en una coyuntura planetaria nueva, inédita. Si alguna vez se temió allá por los años 60` del siglo pasado, por un holocausto nuclear, hoy el holocausto nuclear sigue siendo desgraciadamente una posibilidad, pero la posibilidad de una hecatombe ambiental con inmensas multitudes del planeta sufriendo penurias de hambre, de sed, está a la vuelta del camino.

Es en ese marco, en ese contexto, donde por suerte los pueblos con inteligencia van a encontrando caminos de resistencia a los amos del mundo, es en ese contexto que el Uruguay está en una coyuntura equiparable, de alguna manera a la coyuntura que tiene el planeta. Realmente nunca estuvo tan amenazada nuestra naturaleza, nuestra supervivencia como pueblo, por lo menos a la vida que estamos acostumbrados, donde uno abría una llave de agua y tomaba un vaso de agua, cuando uno respiraba aire puro en el campo y el agua que llovía no era lluvia ácida sino agua pura que se podía guardar en aljibes. Nunca estuvo tan amenazada nuestra forma de vida, nunca fue tan degradada la vida social, a través de una violencia social absolutamente incontenible. Nunca se vivió una coyuntura tal, pero si nosotros decimos a nivel de país estamos teniendo eso también hay que aclarar una cosa, al mismo tiempo que vivimos esa angustia, nunca vivimos tanta esperanza, caminando el país, conversando con la gente, hay tanto saber acumulado, tantas ganas de hacer cosas, tantas propuestas, que  lo que a veces le falta a la gente para no caer en el desaliento, la gente que está pensando en una cooperativa productiva, en cuidar la tierra, en recuperar la agricultura tradicional, en recuperar la pradera, en mimar la tierra, quererla, hacerla producir sustentablemente, a veces el desaliento es porque no saben cuántos somos. La gente aislada en su pago cree que es la excepción de un país que va a contrapelo de lo que él cree y sueña. Y lo que no sabe que lo que va a contrapelo es este gobierno entreguista, con la complicidad de los cuatro partidos en el parlamento, pero lo que él cree y sueña es lo que cree y sueña la inmensa mayoría de los orientales.

- Avanza – La propuesta sería entonces unirnos y caminar todos juntos.

- Abella – Cuando nosotros descubrimos, caminando el país,  cuánto saber, cuánta capacidad deformas productivas, de construir también la sociedad con formas humanas de relacionamiento, uno tiene una enorme confianza, un enorme optimismo y un enorme convicción del sacrificio que todos hacemos, de caminar de reunirnos, de recorrer el país. El sacrificio enorme que hace la gente que nos recibe, a veces dejando alternativas familiares o la alegría de compartir un rato con los hijos para estar trabajando con nosotros en esta “admirable alarma” que es este proyecto, es que uno dice “vale la pena”, valen la pena los renunciamientos que hacemos porque estamos sembrando, o mejor dicho estamos empezando a cosechar lo que tanta gente sembró en tantos sueños antes que nosotros.

- Avanza -  ¿Se trata entonces de continuar la lucha?

- Abella –En realidad somos hijos de un país donde se soñó mucho, donde se luchó y mucha gente murió por sus ideas, y no estoy hablando solo de la izquierda, estoy hablando de gente que murió por sus ideas desde el ciclo artiguista para acá, y aún antes. Estamos hablando de una tierra que merece otro destino y que lo va a tener por la voluntad mayoritaria de sus hijos que ya se están encontrando en el plano de la protesta social y que nosotros como Asamblea Popular – Unidad Popular, vamos a contribuir con nuestro granito de arena para que también el encuentro se haga en el plano político, no para ganar cargos políticos sino porque solo el debate político lleva a la implementación de políticas públicas que ayuden y no tranquen, que impulsen y no destruyan la enorme energía y el caudal creativo, la convicción y los saberes de nuestro pueblo.

Es una coyuntura planetaria dramática y una coyuntura donde Uruguay está en la cruz de los caminos. Si seguimos siendo,  tenemos que cambiar, no porque queramos cambiar sino porque nos cambiaron las reglas de juego. Los últimos gobiernos privatizantes, extranjerizantes, destruyendo el recurso tierra, destruyendo el recurso agua, destruyendo la esperanza del pueblo, generando dinastías de perdedores, nos cambiaron incluso las reglas de juego de un Uruguay que tenía injustitas pero era mejor. Ahora para sobrevivir tenemos que cambiar, pero en segundo lugar hay esperanzas y a hay con qué, tenemos la capacidad de construir.

Es en ese marco que la Asamblea Popular y ahora esta maravillosa realidad de la Unidad Popular que se ha encarado la campaña electoral para el año 2014.

Y es en ese marco que ya en el primer semestre del año 2013, tenemos programa, tenemos organización, tenemos sedes, -con mil sacrificios-, y tenemos candidatos.

En última instancia los candidatos hoy, -como van a ser los diputados electos que pongamos mañana-, somos el brazo ejecutor del cerebro colectivo de la Asamblea Popular-Unidad Popular. Cerebro colectivo que tiene en su periferia y se nutre de la construcción colectiva de nuestros pueblo trabajador.

- Avanza – La Unidad Popular – Asamblea Popular, arrancó temprano la campaña.

- Abella – Empezamos temprano porque el primer objetivo de nuestra campaña electoral es romper el cerco del silencio, saber que la ciudadanía sepa que hay una opción que no tiene nada que ver con los lemas de los cuatro partidos que tiene representación parlamentaria.

Cuando no se tiene recursos para una campaña publicitaria, hay que caminar el país, hay que recorrerlo y a partir de los grupos locales organizados y su admirable unidad, ir recogiendo la voz de todos y dando la voz de Asamblea Popular-Unidad Popular.

Las giras electorales que hemos empezado tienen más de marcha cañera que de gira convencional, porque no tenemos ómnibus con banderas, no paramos en hoteles ni hacemos cenas en restaurantes de las capitales de las ciudades del interior del país. Trillamos los lugares rurales, trillamos los urbanos y a veces el almuerzo puede ser una manta de carpincho y al día siguiente un pan con mortadela, ofrecido por la mano generosa y humilde de compañeros que nos recibe con lo mejor que puede darnos.

Es en ese camino, en esa marcha cañera, en esa marcha a la intemperie que vamos haciéndonos millonarios en afectos y vamos descubriendo que para que una persona nos enseñe, sobre apicultura, sobre cunicultura, sobre el manejo de praderas, no hace falta que nos vote.

Cuando lee nuestra lealtad, cuando lee nuestro amor por las cosas nos entrega generoso su saber, sus conocimientos su experiencia acumulativa, sin pedirnos condición alguna Lo que decía Atahualpa “una amistad sin revés”, eso que va mucho más allá de nuestra campaña electoral.

Nuestra campaña electoral no es el texto que presentamos sino el pretexto para generar redes, para generar vínculos donde el mejor producto somos nosotros mismos, pero que inevitablemente pasa también por pedir el voto porque nosotros en el plano electoral tenemos dos objetivos; primero hacer de nuestra campaña electoral un contacto con nuestro pueblo trabajador, de las redes que tiene el pueblo trabajador, y en segundo lugar conseguir una bancada parlamentaria.

Quizás nunca se nos simplifique tanto una numerosa bancada parlamentaria como esta vez. El desprestigio en que han caído las posiciones de la nueva derecha que se llama Frente Amplio, la nueva derecha en el gobierno, que ha hecho que se fagoticen   entre ellos, con acusaciones mutuas y lo que implica su deterioro, no ha hecho sorprendentemente que crezca la oposición. No hay un vuelco masivo de la gente desencantada a volver a votar blancos o colorados o al partido mal llamado Independiente, el partido dependiente de las empresas.

La gente va más para el voto en blanco, para el desánimo, para la desesperación y para la incredulidad y ninguno de los partidos con representación parlamentaria es creíble. Ningún partido hoy con representación parlamentaria ha logrado galvanizar una mística y ha logrado recuperar la credibilidad pública. Por lo tanto desde ese punto de vista tenemos inmejorables circunstancias para trabajar, trabajar sin apuros, sin urgencias. Esa es la tónica de nuestra campaña electoral modesta, a la intemperie, pero eso sí: trabajar sobre la base de que no hay campaña posible si no es sobre la generosa e inteligente lúcida  organización local . Grupos locales de la Unidad Popular son una red invisible que va a todos los rinconcitos de su área de acción. Son además una usina elaboradora de ideas concretas y de soluciones concretas a efectos de plasmar en las 35 medidas generales, darles carne y hacerlas aplicables para cambios inmediatos el primer día de poder popular local. Cambios estratégicos, sistemáticos,  rigurosos, viables en cortos plazos.

Cuando uno ve los proyectos que existen, incluso los que hay y que a veces se vinculan con proyectos finlandeses, en una auténtica integración popular de cosas complementarias, uno se da cuenta que es injusto  cuando se nos acusa de no querer inversión extranjera. Claro que importa a un país en desarrollo la inversión extranjera, pero dialogando con un país soberano que tiene un proyecto de país.

- Avanza - ¿Qué le preocupa a Abella?

- Abella – Lo que a nosotros nos preocupa es un país que se remata a sí mismo, que se suicida a sí mismo, que se vende al mejor postor y que está haciendo lo que hacen los cuatro partidos con representación parlamentaria en este momento, entregar el rico patrimonio de los orientales al bajo precio de la necesidad de unos pocos.

Ese es el momento que vivimos, un momento internacional dramático, pero esperanzador. Un momento nacional dramático, pero esperanzador y en el seno de él sentirnos de alguna manera somos herederos de una tradición, somos depositarios de un patrimonio y la inmensa responsabilidad de que la gente que nos oye deposita en nosotros su confianza y somos simplemente en una carrera de postas, -en este caso me refiero a la fórmula presidencial-, que por consenso de nos ha honrado con elegirnos, los portadores visibles de la antorcha que será inexorablemente entregada a los diputados populares electos que también son portadores de antorchas, pero no decisores en modo alguno, sino servidores de un proyecto político popular, al servicio de la causa popular más noble donde está en juego supervivencia y la calidad de vida de nuestro pueblo trabajador rural y urbano. 

 

miércoles, 1 de mayo de 2013

AVANZA 157

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lunes, 22 de abril de 2013

jueves, 28 de marzo de 2013

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